Ada
2016-04-06 13:51:27 UTC
Érase que se era, un tú nostálgico en una habitación de silencio. Y una yo, que era como una niebla debajo de la puerta: se le percibe cuando ya es tarde. Y para ti vaya que no había ya remedio. Porque cuando la ilusión es lo único que se interpone entre la locura y la felicidad, para el poeta perdido en la bruma del ayer, su Ella tenía formas sugerentes y palabras de oasis.
Siendo un talento generacional único, perfeccionaste tu técnica de persuasión poética, lo que podría explicar mi fascinación por el hechizo de tus versos. De entre el vasto catálogo de tiempo perdido, creaste una identidad de fantasía para mí. Y como probar algo que nunca fue real no es sencillo, intentamos llevar a cabo nuestra oscura profecía, en los diferentes planos de la imaginación.
Vives acoplado al latido del universo: el ritual del viaje a solas, la cadena causal repitiéndose indefinidamente, ¿dónde es que tu corazón navegante toca puerto seguro? La magia vive en ti. Flores de fuego se despiertan a tu paso por el jardín de lo inagotable. Hay un sitio, más allá de la esfera del pesar, donde los alineamientos arquetípicos de los planetas se realizan en el concierto general del infinito, sin intervención alguna de agudezas azarosas.
Transitamos el más íntimo nivel del amor, aquél con su inocente conjetura a cuestas. Somos dos fugitivos de la vida, en su refugio de sueño y azul. Ser lanzados a lo profundo del anhelo no es fácil.
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